[Reseña] Dark: Segunda temporada (sin spoilers).

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"time is a flat circle" (El tiempo es un circulo plano). Carcosa



Una de las mejores recomendaciones que he recibido en el último año, respecto a series de TV, es sin duda Dark. Injustamente encasillada como una versión alemana de la aclamada stranger things, Dark es una historia muy distinta, mucho más compleja y densa en su guion. Además, incluye uno de mis factores favoritos en la ciencia ficción. Viajes en el tiempo. 

Dark es la historia de 4 familias en el pueblito de Winden, lugar donde todo el mundo conoce a todo el mundo y, quienes en el presente son pareja y padres, eran amigos y compañeros de escuela un par de décadas atrás. Estas 4 familias son los Nielsen, Doppler, Tiedemann y Kahnwald. 

La primera temporada de la serie gira en torno a la desaparición de Mikkel Nielsen, hermano menor dentro de su familia, la cual se lo traga el bosque de la ciudad una noche. A partir de aquí, se desata una vorágine en el pequeño pueblo dentro del cual jamás sucedía algún hecho inusual. Secretos familiares salen a flote, pedazos perdidos de la historia de Winden son recuperados y, lo más importante, a las afueras de la ciudad existe una grieta en el tiempo, una puerta que te lleva al pasado o futuro exactamente 33 años (tiempo de sincronización entre los calendarios lunar y solar). A partir de lo anterior, a lo largo de toda esta temporada los personajes principales viven un proceso de descubrimiento a nivel personal, familiar, y a nivel externo: En su pueblo, viajar en el tiempo es posible. 

Teniendo este contexto, nada fácil de desarrollar, la segunda temporada hace un trabajo bastante valorable en aras de desarrollar todos los cabos sueltos que quedaron en la previa temporada. Si la primera parte de la serie fue una de exploración y descubrimiento, esta segunda es mucho más reflexiva e introspectiva a nivel filosófico (y más oscura, si se quiere). 

Esta segunda parte inicia exactamente seis meses después del final de la primera con la presentación, tal como finalizó la anterior entrega, de Jonas Kahnwald en el futuro, uno post apocalíptico. Winden parece un vivo retrato de Chernobyl, es un enorme cementerio, todos los seres queridos y conocidos de Jonas han fallecido. En ese escenario, el protagonista busca volver a su época y entender qué es lo que ha pasado. Al tiempo que esto ocurre, en el presente (2019) lentamente todos los personajes principales empiezan a relacionarse con los viajes en el tiempo, y no enteramos de algo más: En seis días será el fin del mundo. 

Tenía serias expectativas y, sobre todo, dudas respecto a esta temporada. Sin embargo, se ha superado. La semilla sembrada fue apropiadamente regada y cuidada para desarrollarse en árbol con muchas ramas. Sic mundus creatus est (el mundo ha sido creado de esta forma). La más audaz decisión por parte de los guionistas y director fue ahondar en el concepto del origen y su conexión con el uróboros, el eterno retorno. 
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Uróboros, concepto milenario utilizado en distintas civilizaciones antiguas, se simboliza con la figura de una serpiente que se come su propia cola eternamente, representación de la concepción oriental del tiempo como una serie de ciclos, todo lo que  ha ocurrido ya pasó en otra época, todo lo que pasara ya sucedió. De esta forma el fin es el principio, y el principio es el fin, nada escapa del ciclo. Bastante poética es la descripción de Nietzsche en un párrafo de así habló zaratustra, específicamente en la parte “de la visión y el enigma”, donde va caminando con un enano a las espaldas, se encuentra subiendo la colina y dice: 

¡Mira ese portón! ¡Enano!, seguí diciendo: tiene dos caras. Dos caminos convergen aquí: nadie los ha recorrido aún hasta su final. Esa larga calle hacia atrás: dura una eternidad. Y esa larga calle hacia adelante - es otra eternidad. Se contraponen esos caminos; chocan derechamente de cabeza: -y aquí, en este portón, es donde convergen. El nombre del portón está escrito arriba: ‘Instante’.

La metáfora es bastante clara; una calle que es infinitamente larga en ambas direcciones y tienen como punto de intersección un portón que se llama instante. Lo acontecido y lo que está por venir, el pasado y el futuro son un camino eterno que se conecta en el instante, en el presente. El fin es el principio, el principio es el fin. 

Jonas, personaje principal y viajero del tiempo se enfrenta a una realidad: Su existencia es producto de una paradoja, y al mismo tiempo, dicha paradoja es su culpa. La causa es efecto y el efecto es causa. El origen es el final, y en esta idea martillan los 8 episodios de esta temporada hasta taladrar en el cerebro del espectador. Jonas nace de una paradoja, una desviación en los acontecimientos que lleva a la desaparición de todos sus seres más cercanos, y al mismo tiempo su existencia depende de la ocurrencia de dichos sucesos. La vieja discusión entre el determinismo y libre albedrío, la libertad y el destino es llevada, en el personaje de Jonas, a una nueva dimensión artística comparable al argumento de predestination, película obligatoria para todo amante de los viajes en el tiempo.

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